Una mirada femenina a la tecnología

Cuando hablamos de educación diferenciada, a menudo pensamos en las escuelas que optan por personalizar los aprendizajes de acuerdo al sexo (chicos y chicas) pero hay muchas otras iniciativas que también optan por esta variante organizativa. Lo vemos en los deportes y en este artículo, aplicado a la tecnología para superar las desigualdades que en este campo todavía hay entre los dos sexos.

Artículo publicado en El diari de l'educació el 28 de octubre de 2020.

Cada día son más los niños y niñas que nacen totalmente digitalizados: se comunican con pantallas, aprenden online, estudian conectados, piensan, se forman y se construyen en un mundo digital. Y ahora aún más, después de una pandemia que ha hecho que la presencialidad pierda peso. Hay una aplicación para cada cosa y un dispositivo para controlar todas. Así, en una cultura digital tan extendida y tan aceptada, cabe preguntarse qué papel jugamos, qué rol se nos ha dado y qué se espera de nosotros. Y qué imaginario se reproduce en el mundo digital.

Y es que en la tecnología, aunque el 50% de sus usuarios sean mujeres, no es paritaria. Así lo consideran las artistas Lucía Egaña y Valeria Linera, miembros de la cooperativa Cooptècniques, que ha impulsado la Escuela Popular de Tecnología y Creatividad para niñas. Se trata de un curso de cinco talleres, pensados ​​para niñas de entre 10 y 13 años para abordar la relación entre género y tecnología. "Consideramos urgente revisar la culturización de género a las nuevas tecnologías desde una mirada feminista, para ver cómo afecta a las relaciones entre personas", explica Linera, coordinadora de la Escuela.

El curso focaliza en niñas de una edad determinada para que interpela esta generación que ya nació digitalizada. "Las talleristas tuvimos que aprender las tecnologías como algo nuevo y podemos hacer de bisagra entre las jóvenes y el mundo digital", apunta Egaña. Y es que esta etapa vital se caracteriza por ser el momento en que los jóvenes se definen, a menudo de la mano de la relación y la vinculación emocional. Y aquí, hoy en día, juegan un papel clave las tecnologías, que "se usan de manera cotidiana y están muy vinculadas a la autorepresentación. Por eso es tan importante impregnarlas de miradas feministas ".

Los talleres -que se hacen cada sábado, desde el 17 de octubre hasta el 14 de noviembre- abordan la relación entre las mujeres y la tecnología, haciendo hincapié en el feminismo interseccional. Esto es incorporar la mirada ecologista y antirracista al feminismo. Así, se plantea el debate sobre las prácticas extractivistas que hay detrás de la producción de tecnología o los discursos racistas que proliferan en los medios de comunicación o las redes.

Y es que, desde Cooptècniques aseguran que la representación de las mujeres que se ha hecho a las nuevas tecnologías está "filtrada desde el norte global. Nosotros apostamos por una participación diversa, con contenidos diferentes", apunta Linera. Por ejemplo, en uno de los talleres, enfocado a la interactuación con la voz, se trabajará sobre la representación que se hace de las mujeres a las nuevas tecnologías analizando la voz de las máquinas como Siri o Alexa.

Formación de base por toda la ciudad

Los talleres van desde el análisis crítico hasta la programación o el estudio de prototipos y hardware. Cada clase es diferente, impartida por una persona especialista diferente y, también, en un espacio diferente. La Raposa, la Lealtad Santsenca, Fuga, tictac y Can Batlló han sido los espacios elegidos para alojar la Escuela Popular. "Son todos espacios sociales o vecinales, con proyectos feministas, pedagógicos o antirracistas", dice Linera. Para Cooptècniques es importante que las participantes hagan un recorrido por su ciudad y "conozcan espacios comprometidos".

Una idea que también está en las bases de la Escuela: y es que desde el inicio también se apostó por que las participantes fueran varias. Como las plazas eran limitadas, se reservaron algunas para niñas racializadas, ya que "los discursos paritarios a la tecnología, y en cualquier ámbito, benefician un determinado tipo de mujer, que generalmente es blanca", afirma Egaña. Asimismo, para buscar la diversidad, los talleres son gratuitos, lo que "garantiza que pueda haber desde niñas que no tienen ordenador en casa, hasta niñas que tienen un SmartWatch para ellas solas", aseguran.

Esta ha sido la primera edición de la Escuela Popular de Tecnología y Creatividad para niñas, aunque lleva cociéndose desde hace casi dos años. Finalmente, ha acabado materializándose en un taller de cinco sesiones -que ha contado con la financiación del Ayuntamiento de Barcelona-, aunque la voluntad de Cooptècniques es que se convierta en un curso de muchas más sesiones y con más capacidad. "Son proyectos que van lentos, pero perseguimos lo mismo que muchas familias, colectivos o instituciones: despatriarcalitzar totalmente las nuevas tecnologías y hacerlas espacios seguros", afirma Lucía Egaña.