Educación separada/coeducación. Actualidad y problema de siempre

Reproducimos a continuación algunos párrafos del artículo "Educación separada/coeducación. Actualidad y problema de siempre", publicado en el N° 13 de la revista Asuntos Educativos. Su autor es Justo Arnal Agustín, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus reflexiones pueden ayudarnos a optar por un modelo o el otro.

 

La enseñanza conjunta de chicos y chicas puede ser mera "construcción" y, en este supuesto estaríamos ante lo que suele denominarse escuela mixta. La coeducación va más allá, y supone una manera de entender la educación como aquella que mantiene principios de educación conjunta pero con igualdad de educación. La coeducación supone la fusión de las pautas culturales femeninas y masculinas en un modelo integral de persona, teóricamente iguales. ¿Por qué apoyarnos entonces en la igualdad y dejar la diversidad o las diferencias significativas en educación?

En la práctica es difícil distinguir entre enseñanza mixta y coeducación, y para muchos los dos términos son sinónimos. Sea una u otra la denominación, el "quid" de la cuestión gira alrededor de la conveniencia de que chicos y chicas reciban la misma educación. El problema no reside en estar juntos o separados en la escuela durante el proceso de instrucción y el resto de actividades, sino está en la relación hombre-mujer.

A la variable sexo se la ha dado tradicionalmente cierta importancia en educación. Su interés puede apoyarse en que la realidad es bisexuada. En muchos estudios se han encontrado diferencias significativas en la variable sexo y existen diferencias de relación en el trato del profesorado con los alumnos de uno y otro sexo. Según algunos estudios las chicas sobresalen en habilidad verbal y lingüística, sociabilidad, empatía, rendimiento escolar, valores sociales y artísticos; los chicos por su parte, sobresalen en razonamiento abstracto, agresividad nivel de aspiraciones, inadaptación escolar, valores técnicos, políticos y económicos.

¿Sigue siendo el sexo una variable relevante para establecer la diferencia en educación? Varios países europeos estudian volver a la separación de sexos en el aula. Se considera que la escuela mixta no logra la plena comprensión entre chicos y chicas, e incluso se dice que salen perjudicadas las chicas.

Ante el hecho de la coeducación o enseñanza mixta pueden tomarse tres opciones: fomentarla, aceptarla como mal menor o mantenerse en la separación de chicos y chicas en el aula. Las tres opciones tienen sus ventajas e inconvenientes, sus argumentos a favor y en contra.

Desde la psicología se afirma que la coeducación facilita la evolución equilibrada de los sexos y el proceso de maduración. Parece que instruir chicos y chicas -juntos- no plantea problema en Educación Infantil, Primaria y Universitaria, pero no queda claro en la Educación Secundaria. Es bien sabido que las chicas llegan a la pubertad con dos años antes que los chicos y esto ya es una diferencia de interés. Por otra parte, en ambientes coeducativos, pueden presentarse dificultades para conseguir la propia identidad. En la actualidad algunas publicaciones están alertando sobre la crisis de la masculinidad ante el predominio de mujeres en la escuela.

Algunos informes nacionales e internacionales señalan, al estudiar la influencia de la variable sexo, que los resultados son significativamente distintos a favor de los centros de educación separada. Es interesante hacer notar que la diferencia es mayor en las chicas que en los chicos, con lo cual puede interpretarse que la educación separada baneficia particularmente a las chicas. Los resultados alcanzados por las chicas en escuelas solo para ellas superan ampliamente a los obtenidos por las alumnas de escuelas mixtas.

Hay países que establecen mediante leyes para los centros públicos de enseñanza primaria y secundaria la educación mixta. Se considera un avance que las chicas y chicos asistan a la misma aula y reciban la misma instrucción. Y piensan que volver a la separación de sexos en la enseñanza es un retroceso, que supone, además, estar fuera de la realidad.

Frente a lo señalado anteriormente, puede ser cierto, en parte, que queden relegados el conocimiento mutuo, el aprendizaje compartido, el respeto y la tolerancia de lo diferente. Sin duda, son valores de primer orden para vivir en sociedad y que podrían, insisto, ser tratados en un segundo plano por la búsqueda del mejor rendimiento académico de los alumnos o alumnas. De todas maneras, la cuestión planteada parece más compleja de lo que a simple vista se presenta.

Observamos que los sistemas de educación mixta o coeducación y separación de chicos y chicas, poseen aspectos positivos y negativos que pueden verse aumentados o disminuidos en función de las personas que los llevan a la práctica. Si la escuela ha de adaptarse a la sociedad, parece que la coeducación debería imponerse; pero si la educación pretende desarrollar las potencialidades de cada alumno(a) e incidir en la sociedad desde y con su propia identidad, parece que exige la enseñanza separada, porque el punto de partida es diferente.

 

publicado en http://www.educared.edu.pe