Defending Boyhood, de Anthony Esolen

La civilización occidental no tiene un defensor más elocuente que Anthony Esolen, un hombre que ha pagado el coste de esa defensa. Siguiendo su convincente volumen anterior, Defending Marriage: Twelve Arguments for Sanity, el profesor Esolen regresa, esta vez en defensa de los chicos y de una experiencia de la infancia que está en decadencia, si no se extingue en muchos sectores del mundo moderno, y para iluminar las amenazas a las que se enfrentan nuestros hijos por parte de los promotores de la corrección política, que han difuminado las distinciones entre chicos y chicas.

Utilizando de muchas maneras la infancia de todos los estadounidenses, Esolen, a veces con nostalgia, a veces de manera lúdica y, a veces, proféticamente, en el sentido literal de emplear el trueno de un profeta del Antiguo Testamento, detalla lo que era una buena infancia. Y lo que puede ser de nuevo.

Anthony Esolen prescribe un regreso a la cordura en un mundo loco. Puede que no sea capaz de cambiar el mundo, pero entre en el mundo de la infancia con él y él podría cambiarte a ti y a las vidas de los chicos que aprecias.

Boys playing