KOOS NEUVEL: Waarom jongens geen meisjes zijn

Neuvel decidió estudiar a fondo a qué se debe ese llamado “problema de los chicos”. Después de dos años y muchas noches de trabajo apareció su libro: Por qué los chicos no son chicas; lo que hay que saber cuando se educa a chicos. La conclusión del libro es poco esperanzadora para padres honrados, porque parece que podrán hacer muy poco por sus hijos si éstos han empezado ya a seguir el mal camino.

“Los chicos son típicos animales de grupo, que luchan en el grupo para adquirir un status”, dice Neuvel “Y en algunos de esos grupos está todo permitido, incluso el delito”. El que en casa es tenido por joya, en la calle con sus amigos puede convertirse en un monstruo. “Y eso no se lo puede impedir ningún padre, aunque haya seguido un curso de formación de educación. El influjo de los padres cae en el vacío frente al de sus compañeros de edad”.

Ha llegado la hora de reintroducir cuanto antes los colegios para chicos, piensa Neuvel. Un colegio de niños podría devolver a los chicos la estima ante los otros porque estudian bien. Una escuela tal conseguiría mantener en ella sobre todo a los chicos provenientes de clases sociales bajas y tendría, por lo tanto un influjo favorable en las prestaciones que se den el estudio y en la conducta. Y eso se notaría enseguida en las cifras de criminalidad, espera Neuvel.

En una escuela diferenciada se puede al menos ofrecer a los chicos una enseñanza que se acomode a ellos. Neuvel nos enumera algunas ideas acomodadas a los chicos: “dejar que los chicos se muevan más en las horas de clase, porque los chicos tienen un temperamento nervioso y no se pueden pasar largos ratos sentados quietos. Se les puede enseñar a hacer experimentos, por ejemplo, llevándoles a parques para que investiguen en la naturaleza, porque los chicos tienen una fuerte predisposición a hacer experimentos. Se les encargar problemas que tengan una solución concreta. Encargos libres como escribir una redacción no son apropiados para los chicos porque a ellos les gusta saber en que puesto están calificados. Haz que lleven un ‘uniforme del colegio’: esto aumenta sus lazos de unión con el colegio y atempera la insurrección natural de los jóvenes. Y el profesor se debe hacer llamar ‘Don’ , porque a los chicos no les gustan los tratos informales, como a las mujeres. Prefieren tener el rango de adultos y que así se les trate”.

En un colegio de este tipo dejarán en el tiempo más corto posible de hacerse el ‘macho’, vaticina Neuvel en base a unos estudios realizados en Australia, Inglaterra y América. “En cuanto que no tengan que rivalizar con chicas mostrarán una mayor variedad en su conducta que cuando tienen que actuar en colegios mixtos. Cada vez se comportarán con menos estereotipos”. Así resulta que los chicos en sus propios colegios mejorarán mucho en aquellas asignaturas tradicionalmente de las mujeres como lengua, literatura, arte e historia. “Sin el influjo de las chicas todas las asignaturas se convertirán en asignaturas de chicos”.

 

 

KOOS NEUVEL: Waarom jongens geen meisjes zijn. Ed.: L.J.Veen, 2006.