La mixticidad no es un principio intangible [FR] [2003]

[L’Express del 28 de agosto de 2003]

 

 

Entrevista a Michel Fize, hecha por Claire Chartier (original en Francés)

Para el sociólogo Michel Fize, autor de las Trampas de la escuela mixta, el aprendizaje separado daría más posibilidades a las chicas.

           

-La escuela mixta no es la causa directa del sexismo o del fracaso de los chicos ¿Por qué debemos acusarla de estos problemas?

-¿Por qué no?  Todo el mundo quiere persuadirnos de que la escuela mixta es natural, ya que la sociedad es mixta, y que es democrática. Pero los hechos prueban lo contrario ¡Dejemos de soñar con grandes palabras!

La escuela mixta no es un principio intangible del derecho escolar, es una herramienta, que debe servir a las dos luchas de fondo de nuestra sociedad: la igualdad de posibilidades y la transmisión de los valores de la ciudadanía, fundados sobre el respecto y la tolerancia.

Además, si la escuela mixta es tan intocable ¿por qué las chicas nunca hacen “mecánica” y los chicos “secretaria” o “paramédico”? ¿Por qué les dejamos jugar separados durante el recreo en la escuela primaria? ¿Habría una no mixticidad aceptable y otra intolerable?

 

-Aparecida como una necesidad evidente en los años 1960 para romper con las viejas separaciones de los sexos, la mezcla nunca fue el objeto de un debate de fondo ¿por qué?

-Para Julio Ferry ((1832-1893) Político francés. Ministro en varias ocasiones y presidente del Consejo en 1880. Organizó la enseñanza primaria con tres características: obligatoria, gratuita y laica.), la pregunta esencial era la laicidad y la igualdad de derecho de los individuos, teniendo en cuenta primero la necesidad de la  instrucción, no la mezcla de los sexos. Hasta Mayo de 1968, la moral sexual era un tema tabú para que la coeducación fuera discutida públicamente. La mezcla se impuso con la evolución de las costumbres, pero sobre todo por razones materiales: con el progreso  de la escolarización, la Educación nacional no tuvo bastante locales y maestros. Chicos y chicas fueron mezclados por comodidad. Fue sólo en 1975 que la cohabitación de los dos sexos fue oficialmente planteada como principio organizador con la reforma Haby.

 

-¿Cuándo la Educación nacional tomó conciencia de que la mezcla no regló la cuestión de la igualdad de los sexos en la escuela?

-A partir de 1982, una circular da a la escuela mixta la misión de asegurar la “igualdad de posibilidades” entre chicos y chicas para la “lucha contra los prejuicios sexistas”. Deberíamos ir más lejos, intentando imaginar una pedagogía diferenciada. Desgraciadamente, en nombre de la neutralidad laica, el sistema educativo  no deja ningún espacio para las diferencias. Las divergencias de maduración y el ritmo de la asimilación de los conocimientos entre chicas y chicos no son nunca tenidos en cuenta. Confundimos igualdad e igualitarismo. La no mezcla, si es temporal y opcional, puede aportar una ayuda, como otros métodos de aprendizaje.

 

-¿Estamos seguros de que los chicos conseguirían más si estuvieran separados de las chicas?

-Nos faltan ejemplos, es verdad. Pero, en los países anglo-sajones, las mujeres de las clases bajas, escolarizadas en establecimientos no mixtos, progresan mucho más que en las escuelas mixtas. Lo que prueba que el aprendizaje separado influye sobre los resultados. Una cosa es segura. Los chicos tienen dificultades para adaptarse a la disciplina escolar, a la autoridad. Padecen más que las chicas el choque entre la cultura adolescente y la cultura escolar.        

 

-Algunos sugieren clases no mixtas en el colegio ¿Entonces, por qué no crear clases para los hijos de obreros?

-Las diferencias socioculturales son más determinantes que aquellas en relación con la clase. ¡Les señalaré que las clases para los hijos de obreros y para los hijos de burgueses ya existen dentro del mismo colegio, sin que nadie se ofenda! Se trata de una separación totalmente estigmatizante.  Aquella de la que hablo es una separación de progreso, completamente reversible. Estas clases serían opcionales, propuestas a todos, en una absoluta transparencia. ¿Por qué plantear este problema en colegio? Porque es el “eslabón escaso” del sistema. Todas las dificultades se combinan: pubertad, violencias sexistas, fracaso escolar. Podríamos también proyectar esto en la enseñanza profesional, en las carreras donde las chicas están pocos presentes.

 

-¿Quién decidiría y según cuáles criterios?

-El director de la escuela, de acuerdo con el deseo y los expedientes de los alumnos, con la opinión de la psicóloga escolar o de cualquier otro miembro del cuerpo medico-social. Sin hablar de clases separadas, las planificaciones se imponen en las clases de educación sexual y actividades deportivas. La mayoría de los maestros le dirán. A los alumnos no les gusta evocar cosas íntimas cuando están mezclados. Ciertos maestros ya toman los alumnos separados durante la clase de vida (un paréntesis semanal durante el cual los alumnos discuten de lo que quieren). Asimismo, se fuerza a las chicas a practicar deportes sobre un modelo masculino, muy fuerte y agresivo ¿Por qué no constituir equipos de football distintos?

 

-Usted está a favor de la realización de los alumnos en la separación y la afirmación de la diferencia ¿No es jugar con fuego en el momento mismo donde las islamistas reivindican el velo a la escuela?

-¡Pero una clase de chicas no es necesariamente una clase de mujeres veladas! Antes de hacer las planificaciones sería necesario recordar el objetivo que, consiste en introducir una discriminación positiva. Cuando los alumnos son separados no es para expresar las diferencias sino para reforzar también la igualdad.

 

 

 - Traducido por Inès d’Annoux – Elisabeth Vierheller (Colegio El Buen Ayre -  Argentina)

 

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«La mixité n'est pas un principe intangible»

[L'Express du 28/08/2003]


Michel Fize


propos recueillis par Claire Chartier

Pour le sociologue Michel Fize, auteur des Pièges de la mixité scolaire, l'apprentissage séparé donnerait plus de chances aux filles



-La mixité scolaire n'est pas la cause directe du sexisme ou de l'échec des garçons. Pourquoi s'en prendre à elle?

-Pourquoi pas? On veut nous persuader que la mixité scolaire est dans la nature des choses, puisque la société elle-même est mixte, et qu'elle est démocratique en soi. Mais les faits prouvent le contraire. Arrêtons de nous enivrer avec de grands mots! La mixité n'est pas un principe intangible du droit scolaire, c'est un outil, qui doit servir aux deux combats de fond de notre société: l'égalité des chances et la transmission des valeurs de citoyenneté, fondées sur le respect et la tolérance. D'ailleurs, si la mixité est à ce point intouchable, pourquoi les filles ne font-elles jamais «mécanique auto» et les garçons «secrétariat» ou «paramédical»? Pourquoi les laisse-t-on jouer chacun de leur côté dans les cours de récréation à l'école primaire? Il y aurait une non-mixité acceptable, et une autre intolérable?


-Apparue comme une nécessité évidente dans les années 1960 pour rompre avec les vieux clivages des sexes, la mixité n'a jamais fait l'objet d'un débat de fond. Pourquoi?

-Aux yeux de Jules Ferry, la question essentielle était celle de la laïcité et de l'égalité de droit des individus devant l'instruction, pas du tout celle du mélange des sexes. Jusqu'à Mai 68, la morale sexuelle était trop pesante pour que la coéducation soit débattue publiquement. La mixité s'est imposée avec l'évolution des mœurs, mais surtout pour des raisons matérielles: avec les progrès de la scolarisation, l'Education nationale s'est trouvée à court de locaux et d'enseignants. Garçons et filles ont été mélangés par commodité. Ce n'est qu'en 1975 que la cohabitation des deux sexes a été officiellement posée comme principe organisateur avec la réforme Haby.

 

-Quand l'Education nationale a-t-elle pris conscience que la mixité ne réglait pas d'elle-même la question de l'égalité des sexes à l'école?

-Dès 1982, une circulaire donne pour mission à la mixité d'assurer la «pleine égalité des chances» entre les filles et les garçons par la «lutte contre les préjugés sexistes». Il aurait fallu aller plus loin, tenter d'imaginer une pédagogie différenciée. Malheureusement, au nom de la neutralité laïque, le système éducatif ne laisse aucune place aux différences. Les écarts de maturité et de rythme d'assimilation des connaissances entre les garçons et les filles ne sont jamais pris en compte. Nous confondons égalité et égalitarisme. La non-mixité, si elle est temporaire et optionnelle, peut apporter une aide sur mesure, au même titre que d'autres méthodes d'apprentissage.


-Est-on sûr que les garçons réussiraient mieux s'ils étaient séparés des filles?

-Nous manquons d'exemples, c'est vrai. Mais, dans les pays anglo-saxons, les jeunes filles de milieu populaire scolarisées dans des établissements non mixtes réussissent beaucoup mieux que les autres. Ce qui prouve que l'apprentissage séparé agit sur les résultats. Une chose est sûre: les garçons ont du mal à s'adapter à la discipline scolaire, à l'autorité. Ils subissent plus violemment que les filles le choc entre la culture adolescente et la culture scolaire.


-Vous suggérez des classes non mixtes au collège. A ce compte-là, pourquoi ne pas créer des classes pour fils d'ouvriers? Les différences socioculturelles sont beaucoup plus déterminantes que celles liées au genre.

-Je vous ferai remarquer que les classes pour fils d'ouvriers et pour fils de bourgeois existent déjà au collège unique, sans que personne ne s'en offusque! Il s'agit pourtant d'une séparation totalement stigmatisante. Celle dont je parle est une séparation de progrès, complètement réversible. Ces classes seraient optionnelles, proposées à tous, dans une parfaite transparence. Pourquoi au collège? Parce qu'il est le «maillon faible» du système. Toutes les difficultés s'y conjuguent: puberté, violences sexistes, échec scolaire. On pourrait aussi envisager ce type de dispositif dans l'enseignement professionnel, dans les filières où les filles sont très peu présentes.


-Qui déciderait et selon quels critères?

-Le chef d'établissement, en fonction du souhait et des dossiers des élèves, avec l'avis de la psychologue scolaire ou de tout autre membre du corps médico-social. Sans parler de classes séparées, des aménagements s'imposent dans les cours d'éducation sexuelle et les activités sportives. La plupart des enseignants le disent: les élèves ont du mal à évoquer les sujets intimes lorsqu'ils sont mélangés. Certains professeurs prennent déjà les garçons et les filles à part durant l'heure de vie de classe, une parenthèse hebdomadaire où les élèves discutent de ce dont ils ont envie. De même, on force les filles à pratiquer les sports sur un mode masculin, ultratonique et agressif. Pourquoi ne pas constituer des équipes de foot distinctes?


-Vous prônez l'épanouissement des élèves dans la séparation et l'affirmation de la différence. N'est-ce pas jouer avec le feu, au moment même où les islamistes revendiquent le voile à l'école?

-Mais une classe de filles n'est pas nécessairement une classe de filles voilées! Avant tout aménagement, il faudrait évidemment rappeler l'objectif, qui consiste à introduire une discrimination positive. La non-mixité temporaire ne doit pas permettre aux uns et aux autres d'exprimer leurs particularités culturelles, mais de produire davantage d'égalité.