Escuela conocida por su trabajo por la emancipación de la mujer prueba la educación diferenciada [AT] [2000]

Como alguien que proviene de la práctica y no como una científica, mi presentación sobre pros y contras de la educación mixta solamente puede dejar vislumbrar la discusión teórica. Trataré de perfilar las ideas adquiridas a lo largo de más de 20 años de investigación, además de presentarles el proyecto sobre igualdad entre sexos que hemos desarrollado en nuestra escuela. Por Heidi Schrodt (directora del instituto Gymnasium Rahlgasse de Viena).

Nuestra escuela, conocida como el Gymnasium Rahlgasse (Instituto de Bachillerato Rahlgasse), es una escuela de enseñanza secundaria para grupos de edad comprendidos entre los 10 y los 18 años. Desde su fundación, este centro de enseñanza es famoso por su trabajo en el campo de la emancipación de las mujeres. Fue el primer centro, después de 22 años de lucha, que consiguió la admisión de mujeres en la universidad y fue fundado por sufragistas en 1892. Se convirtió en instituto de bachillerato en 1947, y desde 1979 es un centro de enseñanza mixto. Todavía funciona como centro mixto aunque se experimenta con clases de alumnos del mismo sexo. Nuestro eje de atención se centra en los sexos, es decir, en la igualdad de oportunidades para ambos sexos en la escuela.

Cuando en 1992 tomé posesión de mi puesto en el centro, hacía más de 10 años que estaba comprometida con una pedagogía feminista y con una educación mixta, tanto en la teoría como en la práctica. Rahlgasse tiene una gran tradición como reformadora, y cuando yo llegué, me encontré con varios maestros interesados por impulsar planes de apoyo a chicas.

Antes de que les hable sobre el desarrollo del proyecto sobre sexos durante los ocho años pasados y describa algunas actividades conectadas a él, me gustaría abordar algunas de las deficiencias más importantes en la educación mixta tal y como se practica en la mayoría de los países europeos, de hecho en los países occidentales (de los que tenemos más datos). En este congreso solamente tengo tiempo para ofrecer una visión de conjunto muy corta.

Cuando en 1975 se introdujo la educación mixta en Austria, eran muchas las esperanzas puestas en la igualdad de oportunidades para ambos sexos. El presupuesto fundamental era que si crecían juntos y de forma "natural" en la escuela se alcanzaría automáticamente una mejor comprensión y mutuo respeto entre ambos sexos. Ahora, 25 años más tarde, sabemos que estas esperanzas no se han cumplido. Las investigaciones sobre educación mixta muestran que la forma en que ésta se practica comúnmente tiende a reforzar más que a aminorar los estereotipos existentes de ambos sexos. Hace algunos años, los estudios se concentraban en las chicas y solamente en los últimos siete años el eje de la atención se ha centrado en los chicos. En general, la educación mixta ha demostrado ser una gran desventaja para ambos sexos.

Algunos de los inconvenientes más comunes para las chicas son:

 (a) En las clases y escuelas mixtas, las chicas cuentan con menos espacio a su disposición – no sólo literal sino también simbólicamente;

 (b) Las chicas sólo reciben una pequeña parte de la atención de los maestros (sean éstos hombres o mujeres) en comparación con los chicos;

 (c) se abusa de las chicas a manera de "trabajadoras sociales" según la creencia de: "sienta juntos a un chico destructivo junto a una chica con buen comportamiento" para crear una buena situación en la clase de trabajo;

 (d) el éxito de las chicas en la escuela (que en todas partes en mejor que el de los chicos) es discriminatorio – atribuido a su diligencia – en contraposición de la inteligencia de los chicos;

 (e) a las chicas rebeldes se les trata con más dureza que a los chicos rebeldes;

 (f) los chicos tienen más tiempo para hablar en clase;

 (g) el comportamiento cooperativo en las chicas se etiqueta de "conforme" mientras que los maestros admiran y consideran positivas la actitud de competitividad entre chicos;

 (h) los compañeros de clase destrozan las contribuciones de las chicas a las lecciones;

 (i) están sometidas a acoso sexual – verbal y físico – por parte de sus compañeros de clase;

Es decir se les degrada, humilla y ridiculiza. Incluso hoy en día, las chicas muestran menos motivación por las ciencias o las matemáticas y todavía optan por asignaturas tradicionalmente femeninas, como lenguas y humanidades. Lo mismo se aplica a la hora de elegir la escuela – las chicas tienden a asistir a escuelas tradicionales, asociadas a una educación femenina, y rehuyen las escuelas técnicas. Sin embargo, estudios recientes en los EEUU revelan que estos patrones han ido cambiando a lo largo de la pasada década, y que las chicas se están poniendo al día en materias científicas (al contrario que los chicos respecto a las humanidades y a la elección de profesiones tradicionalmente femeninas).

A menudo, los esfuerzos de las chicas no se consideran como tal: el comportamiento cooperativo, un gran compromiso con la escuela, la inteligencia social, buenas notas, buenos resultados, para nombrar algunos de ellos.

Durante los últimos años de investigación sobre sexos y escuela (desde finales de los años 70 en adelante), la mayoría de los estudios se ocuparon de las chicas. Se desarrollaron y se llevaron a la práctica programas para potenciarlas. Como resultado – y a causa de la crisis del mundo masculino en los países occidentales en general – hubo más casos de chicos rebeldes y con dificultades. Y así, se hizo evidente que no puede mejorarse la educación mixta sin trabajar con ambos sexos, y la atención de los investigadores (en gran número mujeres) se dirigió hacia los chicos, particularmente a partir de la edad de 14/15 años. Se cambió la manera de abordar la cuestión: en los primeros años de trabajos deliberados sobre sexos en la escuela (especialmente sobre chicas), se partía de que las chicas sufrían déficit comparadas con los chicos. Desde finales de los años 80 en adelante, el método se basaba en la diferencia, con la visión de una escuela que ofrece igualdad de oportunidades a ambos, chicos y chicas, pero aceptando nuevos estereotipos en lugar de perpetuar los tradicionales.

 

¿Cuales son las desventajas de la educación mixta para los chicos?

Las más obvias son:

 (a) los chicos tienen graves problemas con las competencias sociales;

 (b) les resultan difíciles los métodos de trabajo en cooperación, por ejemplo grupos y trabajos en equipo (y viceversa: los métodos competitivos son más difíciles para las chicas);

 (c) los chicos tienden a ‘resolver’ conflictos a través de la agresión física o verbal;

 (d) se quedan atrás en el aprendizaje de idiomas, con peores resultados;

 (e) en general, los estudiantes masculinos obtienen resultados peores en la escuela, faltan más a menudo y muestran porcentajes más alto de abandonos (es interesante observar que la tendencia se invierte en la educación superior, por ejemplo en la universidad).

Hemos sido capaces de desarrollar programas muy buenos para chicas en escuelas, pero no podemos decir lo mismo con respecto a los chicos; debido a múltiples razones de las que no podemos ocuparnos aquí. Si una escuela quiere concentrarse en los sexos y desarrollar un programa, es indispensable que cuente con una minuciosa preparación teórica. Al contrario de lo que le toleramos a las chicas, se aceptan "con un guiño" en los chicos las carencias en competencias sociales y deficiencias en inteligencia emocional, y de este modo, éstas no cesan de aumentar. Esta actitud tiene consecuencias fatales para ambos sexos: los chicos, para los que traspasar los límites significa una confirmación importante de la masculinidad tradicional, se ven animados a continuar con este comportamiento y tratan de probar cada vez más hasta donde pueden llegar y cada vez con más fuerza, lo que es fatal para las chicas, perjudicadas por este tipo de comportamiento. Y esto último también se aplica a aquellos chicos que no se ajustan al tipo de comportamiento masculino "corriente".

Como consecuencia, para trabajar contra el sexismo en la escuela son necesarias las dos prioridades siguientes:

 (a) poner límites;

 (b) educar a los chicos para ser sensibles y reflexivos, dos valores que no están presentes en el concepto de masculinidad tradicional occidental.

 

3.1. ¿Cómo pueden reaccionar las escuelas ante esta situación? El ejemplo del Gymnasium Rahlgasse en Viena

Durante los últimos ocho años, la escuela ha tratado de desarrollar una labor para promover la educación mixta y ha desarrollado un conjunto de programas y actividades, con el objetivo de crear una escuela que ofrezca las mismas oportunidades a chicos y chicas. Desde 1992 a 1996, el eje de atención se fijó en las chicas, y más tarde en la socialización de los chicos, cuando se hizo obvio que los métodos que tenían éxito con las chicas, no lo tenían con los chicos. En consecuencia, los maestros tuvieron que desarrollar un nuevo conjunto de métodos de enseñanza.

Tal y como he mencionado anteriormente, el instituto cuenta con una larga tradición de reformas, que se remontan a los años de su fundación. La atención a chicas (más tarde la atención a ambos sexos) topó con una gran resistencia por parte del cuerpo docente (sin embargo, siempre hay que esperar esta resistencia con el tema de los sexos). Sin embargo, la situación cambiaría en una etapa posterior. Los experimentos con clases solamente para chicas alteraron la armonía aparente del cuerpo docente. Estaban los que se oponían con fuerza al proyecto y los que lo apoyaban. La razón por la cual el proyecto resultó ser tan polémico (¡inesperadamente!) radicaba en que no se trataba de una clase unisexo cualquiera, sino una clase unisexo basada en principios feministas, la que causó incluso un revuelo mayor fuera de la escuela, en la Comisión Educativa de Viena y la comunidad pedagógica, y dio lugar a una intensa polémica en los medios de comunicación. No puedo extenderme aquí más en los detalles, pero el experimento ha sido evaluado científicamente y el estudio se puede obtener en el Ministerio Austríaco de Ciencias de la Educación.

 

3.2. ¿Qué es lo que proponemos / dónde estamos en el año 2000?

Tenemos consejeros solamente para chicas, con horas regulares de consulta. También tenemos consejeros solamente para chicos. Sin embargo, el concepto de horas de consulta no ha sido aceptado por los chicos. Es necesario encontrar otros métodos de acercamiento.

Ambos "confidentes" son portavoces de los chicos y las chicas, y defienden sus intereses. Ayudan activamente a su socialización.

Contamos con clases sólo para las chicas durante dos años, conforme a los principios feministas. Estamos pensando, tan pronto como consigamos desarrollar una alternativa satisfactoria para chicos, en la posibilidad de ofrecer estas clases de manera regular en el futuro.

Ofrecemos cursos para chicas jóvenes (de 10 a 12), llamados "chicas en movimiento", que abordan el conocimiento del cuerpo y su autoafirmación.

Las chicas participan en cursos de defensa personal en las clases de educación física. Su objetivo es recoger experiencia en defensa propia, y no en confrontaciones.

Las clases de costura y tecnología son obligatorias para chicos y chicas. De hecho, los maestros han desarrollado un nuevo plan de estudios.

Al comienzo del curso escolar de 1997/98 se implantaron en el plan de estudios nuevos cursos científicos e interdisciplinarios. El llamado Lernwerkstatt (taller de aprendizaje), se dirige a alumnos de 13 años y consiste en demostraciones prácticas e investigaciones elegidas individualmente. El único papel pedagógico es el de un coordinador y experto en capacidades de investigación. Las asignaturas incluidas en los nuevos cursos son matemáticas, física, química, biología, geometría y manualidades. Ahora son muchas más chicas que antes las que eligen las ramas de ciencias en nuestra escuela.

Cada año, ofrecemos un día de seminarios dedicados solamente a chicos o chicas, con el objetivo de que adquieran experiencia en los aspectos no tradicionales de la educación femenina/masculina (los chicos trabajan en las guarderías, las chicas arreglan coches, los chicos hacen la compra y cuidan a los niños al mismo tiempo, etc.). Existen alrededor de 50 seminarios en total. Los así llamados "días de chicos y chicas" han tenido mucho éxito.

Participamos en el proyecto Comenius de la UE llamado "Igualdad de oportunidades en la escuela", junto a una escuela de enseñanza secundaria en Hamburgo y otra en Estocolmo.

En otoño del año 2000 comenzamos la etapa experimental de un proyecto de "mediación", en el que formamos a los estudiantes como mediadores en conflictos, prestando especial atención a aspectos específicos relacionados con los sexos.

Participamos en el proyecto que lleva por nombre "El poder de las chicas – el poder de los chicos", proyecto piloto en colaboración con la socióloga Edit Schlaffer (del centro de investigación Luwig Boltzmann en Viena) para desarrollar cursos de autoafirmación, a fin de que tanto chicas como chicos adquieren roles y cualidades no tradicionales.

Tenemos la convicción de que hoy en día es esencial para ambos sexos desarrollar cualificaciones y cualidades que traspasen los límites tradicionales de los dos sexos. Sin embargo, para alcanzar esta meta tenemos que ocuparnos de estereotipos firmes y arraigados que todavía pasan de una generación a otra a pesar de los cambios de paradigma en las últimas décadas, lo que ha dejado desorientados especialmente a los jóvenes varones. La educación mixta en nuestra escuela refleja las diferencias entre chicas y chicos debidas a la socialización, y utiliza estas diferencias para ampliar las posibilidades y oportunidades de ambos sexos. Los estudiantes tienen que ser conscientes de estos patrones de comportamiento y estereotipos relacionados con la diferencia entre sexos, y llegar a comprenderlos.

Para resumir, me gustaría señalar que es mucho lo que se ha logrado en el Gymnasium Rahlgasse durante los últimos ocho años, pero que en muchos aspectos (en especial los referentes a chicos) aún nos encontramos tan sólo al comienzo de un largo camino.

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