Igualdad de oportunidades entre chicas y chicos en la escuela: ¿las cosas se mueven ya en Francia? [FR]

La escuela mixta no se cuestiona en absoluto porque es considerada como principio fundamental al mismo nivel que la laicidad, la ciudadanía o incluso la libertad. Se le considera el único y el mejor medio de realizar la igualdad de oportunidades entre chicas y chicos. ¿Se puede por tanto preguntarse si lo ha conseguido? Porque si en Francia esta pregunta es sacrílega, en los países anglosajones, donde los dos sistemas coexisten aun, ciertos estudios demuestran que las chicas serían mejores en las escuelas no mixtas, en particular en ciencias, y que ellas muestran una mayor confianza en si mismas. 

En Francia, en cambio, todas las cifras tienden a demostrar que las chicas aprovechan mejor el sistema escolar que los chicos. Ellas repiten curso con menos frecuencia -y esto desde la primaria-, ellas son mas numerosas al conseguir su bachillerato, y por fin son igualmente mas numerosas al sentarse en los pupitres de las universidades. Este éxito escolar de las chicas es particularmente notable en el caso de jóvenes francesas de origen extranjero, las cuales son por otra parte conscientes de poder conquistar a través de la escuela un cierto nivel de independencia y de libertad. En este caso, se puede en efecto afirmar que la escuela juega plenamente su papel de ascensor social. Paralelamente, se observa que son los chicos pertenecientes a las clases sociales mas bajas los que padecen mas el sistema escolar francés, desplazándose rápidamente a los escalafones técnicos, verdaderos caminos de estacionamiento. ¿A quien aprovecha verdaderamente el sistema educativo francés?


Cuando al final del siglo pasado, la escuela francesa se democratizó, con la famosa Ley de Jules Ferry de 1881 que instaura la enseñanza primaria, laica, gratuita y obligatoria para chicos y chicas, ella abre totalmente sus puertas a todos y a todas. Pero sin haber modificado sin embargo en profundidad sus programas y sus métodos, imponiendo a los nuevos reclutas, a saber las chicas y también los chicos de las clases sociales bajas, un modelo que reflejaba las exigencias de los chicos de clases sociales privilegiadas. Según los investigadores en educación, es esta misma situación no igualitaria la que perdura hoy en día. Ciertamente, el destino escolar depende también mucho del entorno socio-cultural de los alumnos y la escuela sola no puede repartir las mismas cartas de éxito escolar, futuro profesional, a todos y a todas. Es así que la escuela no puede mas que reproducir el entorno sexista general de la sociedad, la cual no anima especialmente a las chicas hacia los puestos de excelencia, a saber la eterna trinidad : ¡alemán – latín y griego – pero sobre todo matemáticas!

En efecto, después de muchos años, investigadores y docentes han estudiado los efectos negativos que perduran en contra de las chicas en el funcionamiento de la escuela mixta. Es necesario, por otra parte, subrayar que la escuela mixta en Francia, no fue instalada progresivamente, ni fue verdaderamente pensada. Repentinamente fue objeto de un decreto de 1957 precisando «la crisis de crecimiento de la enseñanza secundaria … nos lanza a una experiencia (de la escuela mixta) que ni dirigimos en nombre de principios, por lo demás muy discutidos, sino para servir a las familias lo mas cerca posible de su domicilio». Así, después de cuarenta años, la Escuela francesa vive en la ilusión de una igualdad real de oportunidades entre chicas y chicos que sería garantizada por la enseñanza mixta. Los investigadores han constatado que los docentes no re relacionan igual en clase con los chicos y las chicas, dando por ejemplo la palabra mas fácilmente a los chicos. Los estudios muestran igualmente que los docentes califican de modo diverso a los chicos y a las chicas, tendiendo a bajar las notas de las chicas en materia científica. Pero sobre todo, aparece claramente que las chicas, a nivel equivalente o superior, son animadas mucho menos que los chicos a intentar alcanzar niveles de excelencia y mas tarde los cursos universitarios científicos. Es este último detalle de una mala orientación que penaliza particularmente a las chicas.

Esta situación de prejuicio raramente es percibida ni reconocida. Ciertas cosas han evolucionado ligeramente después de la Ley de 1924 unificando definitivamente la enseñanza secundaria de las chicas y de los chicos e instaurando un mismo bachillerato. Pero, preguntados sobre estas desigualdades, los profesionales de la educación, sean docentes, directores, consejeros de orientación etc…, manifiestan su sorpresa y su ignorancia frente a las desigualdades denunciadas por las estadísticas, sean escolares o profesionales : un porcentaje de paro de las mujeres del 13% contra un 9% para los hombres ; salarios un 25% inferiores de media ; el 80% de los empleos a tiempo parcial y con bajo salario ocupados por las mujeres… por no citar mas que algunas cifras elocuentes.

Frente a este inmovilismo general, sólo una voluntad política fuerte permitiría hacer evolucionar esta situación de desigualdad que persiste en el medio escolar. Así, dos Convenciones interministeriales han sido firmadas en 1984 y en 1989 pero desgraciadamente no produjeron mas que unos pocos efectos en la práctica. La convención de 1984 bajo el Ministerio de Yvette Roudy fue la primera en llamar a una verdadera igualdad de sexos en el seno de la escuela. ¡Además, ella creó las primeras plazas de estudios feministas en Francia, país en el cual por lo demás, solamente un 35% de los ayudantes son mujeres, porcentaje que cae al 13% para la condición de profesor! La Convención de 1989 vio reducido su campo de acción a solo la enseñanza técnica, recomendando una mejor orientación de las chicas a los escalafones técnicos, ¡sectores que sufrían entonces un preocupante déficit de profesionales! Ciertamente, muchas campañas de sensibilización fueron lanzadas : en 1984 : «Los oficios no tienen sexo» o en 1989 «La técnica es para ella». Paralelamente, muchos textos legislativos fueron promulgados, tratando de manera parcial la igualdad de sexos en el ámbito de la educación. Pero en ninguno de estos textos se atacaban , ni se denunciaban explícitamente y en su totalidad los procedimientos sexistas del sistema educativo francés.


Ahora bien después ya de muchos meses, se asiste a una multiplicación de las iniciativas políticas e institucionales en este tema. ¿Se trata de una coincidencia o de una verdadera toma de conciencia de que la igualdad de sexos es mas que nunca un objetivo primordial de nuestra sociedad? Así una Convención interministerial (1) fue firmada el 25 de Febrero del 2000 entre el ministerio del Empleo y de la Solidaridad, el Secretariado de los derechos de la mujer, el Ministerio de la Investigación y de la Educación y el de agricultura, fijando varios temas prioritarios : la promoción de una educación basada en el respeto mutuo de los dos sexos; una mejor orientación escolar y profesional de las chicas; el reforzamiento de los medios de promoción de la igualdad y de la formación de los actores de la educación. Es precisamente este último punto, la sensibilización y la formación de los docentes y de los agentes educativos, que constituyen la condición sine que non para la le realización de una verdadera igualdad de oportunidades entre las chicas y los chicos. En este marco, las publicaciones se han multiplicado estos últimos meses. El CNDP, Centre National de Documentation Pédagogique, acaba de publicar un folleto para uso de todos los que actúan en el sector de la educación, estableciendo un listado de los lugares de investigación y de conocimientos en materia de igualdad y de enseñanza mixta (2). Aparecerá igualmente en noviembre próximo en el Bulletin Officiel de l’Education Nationale una guía de la enseñanza mixta dirigida a los docentes. Por último y esta lista está lejos de ser exhaustiva, el CNDP acaba de publicar un corto documento lúdico titulado «Filles et garçons à l’école : réussir la mixité» (3) para uso de los alumnos y de los profesores. Claramente y sucintamente, enumera algunos hechos simples que siempre va bien recordar, en este caso la importancia «de enriquecer el diálogo entre las chicas y los chicos para un verdadero respeto mutuo… de ayudar a las chicas a luchar contra los estereotipos y las violencias sexistas… porque es desde la maternal cuando deben construirse entre chicas y chicos relaciones de igualdad intelectual y ciudadana». En la cubierta, una foto de una docena de chavales chicos y chicas mezclados y sonrientes. ¡Se está lejos, por fin y felizmente, de las imágenes habitualmente usadas, con los chicos de un lado y las chicas al otro!


Laure Poinsot,
con la amable colaboración de Françoise Vouillot

(1) Convención para la promoción de la igualdad de oportunidades entre las chicas y los chicos, las mujeres y los hombres en el sistema educativo. En el Bulletin Officiel de l’Education Nationale nº 10 de 9 marzo 2000.

(2) Chicas y chicos en la escuela : una igualdad a construir. Bajo la dirección de Françoise Vouillot. Colección Autrement Dit del CNDP (ver el sumario en el recuadro).

(3) Chicas y chicos en la escuela : Réussir la mixité. Tdc – textos y documentos para la clase – del CNDP.